Francis Mojica: “Nadie creía que CRISPR podía ser útil, pero nosotros decidimos seguir investigando”

Cuando hace más de veinte años, Francis Mojica (Elche, 1963) se encontró de forma inesperada con las secuencias CRISPR (Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente interespaciadas, en sus siglas en inglés), no podía imaginar siquiera la revolución científica que se avecinaba. Nadie creyó por aquel entonces que el hallazgo tuviera alguna utilidad, pero este microbiólogo de la Universidad de Alicante quiso perseverar en su estudio incluso a pesar de quedarse una temporada sin financiación.

Francis Mojica en su laboratorio de la Universidad de Alicante. Imagen cortesía de la Universidad de Alicante.
Francis Mojica en su laboratorio de la Universidad de Alicante. Imagen cortesía de la Universidad de Alicante.

“Donde nadie miraba, nosotros decidimos mirar”, explica Mojica. El tiempo le dio la razón y sus investigaciones en torno al sistema inmunológico de ciertos microorganismos descubiertos en las salinas de Santa Pola (Alicante) han acabado inaugurando una nueva era en la edición genética. Ahora, la tecnología CRISPR es la más demandada en los laboratorios de biología molecular y fue premiada en 2015 con el galardón Princesa de Asturias. Aunque rechaza ser considerado el ‘padre’ de todo este fenómeno, el científico sí admite que su empeño por continuar investigando contribuyó a “mantener vivas las brasas” del proyecto.

Tal ha sido la expectación despertada por CRISPR, que incluso el nombre de Mojica apareció en las quinielas para los Nobel de este año. Finalmente no pudo ser, pero él – que se confiesa de carácter muy reservado- está aprovechando el interés generado para difundir la importancia de la investigación y fomentar la afición por la Ciencia entre la ciudadanía.

¿Cuándo y cómo se produjo su primer contacto con las secuencias CRISPR?

Hace mucho tiempo, casi me mareo de pensarlo. Fue a principio de los años 90, cuando estaba finalizando mi tesis doctoral. Las encontramos mientras secuenciábamos unas regiones del genoma de unos microorganismos, las arqueas de la especie Haloferax mediterranei, procariotas que habitan en medios hipersalinos. En concreto, estas arqueas fueron aisladas de las salinas de Santa Pola, en Alicante. De repente, nos encontramos con esa gran sorpresa: unas secuencias que se repetían a una distancia regular una de otra, lo cual para nosotros era algo completamente nuevo. Luego nos enteramos de que anteriormente sí se había recogido un hallazgo similar en bacterias.

A raíz de estos descubrimientos se ha desarrollado una tecnología de edición genética que está suponiendo toda una revolución. De hecho, fue elegida el avance científico de 2015 por la revista Science. Siendo usted en cierta manera el ‘padre’ de todo este proceso, ¿cómo lo está viviendo?

Bueno, yo no me considero el ‘padre’ de la revolución CRISPR, pues, como he comentado antes, ya se habían descubierto previamente repeticiones similares en otros microorganismos. Pero es cierto que nuestro grupo sí siguió investigando a partir de ese punto, mientras que los otros no. En este sentido, sí pienso que nosotros hemos contribuido a mantener las brasas encendidas en torno a sus posibilidades. En su momento nadie pensaba siquiera que podía tener una utilidad, no parecía interesar a nadie y nosotros insistimos en estudiar para qué podía servir.

Al final, vimos que era un sistema inmunológico y donde nadie miraba ahora mira todo el mundo. Gracias a eso se han desarrollado unas herramientas fantásticas como nunca antes se habían tenido, que superan con mucho a las que se empleaban anteriormente. Después de tantos años siendo prácticamente el único grupo a nivel internacional que trabajaba con CRISPR, ver ahora que todos los laboratorios de biología molecular lo quieren usar, te genera una satisfacción impresionante. A nivel personal, hasta me hace especial ilusión el ser quien se inventó el acrónimo de estas secuencias.

Cientos de científicos ya utilizan CRISPR en su trabajo, ¿existe colaboración entre estos grupos de trabajo en el ámbito de la investigación?

Sin duda, hay muchísimos artículos en los que claramente están colaborando muchos grupos distintos para integrar, por ejemplo, conocimiento puramente microbiológico, que resulta esencial a la hora de desarrollar bien la técnica. Por otra parte, resulta imprescindible el trabajo en equipo para poder avanzar rápido. En un campo en el que hay tantísima actividad, la competencia es tremenda. Así que o lo haces rápido o lo más normal es que otros acaben publicándolo antes.

De todas las aplicaciones de CRISPR que se han llevado a cabo hasta el momento ¿cuál es la que más le ha llamado la atención hasta el momento?

Al principio se me desencajaba la mandíbula cada vez que me enteraba de un nuevo logro de la técnica, por ejemplo, para curar directamente enfermedades en animales adultos inyectándoles componentes de este sistema inmune de las bacterias. Uno lo piensa en frío y es alucinante.

Es una herramienta que permite manipular de forma sencilla el genoma de cualquier ser vivo y esto tiene aplicaciones inmensas en agricultura, en biotecnología, en medicina. Fotografía de un workshop en el TEDSummit2016. Imagen: Ryan Lash / TED (CC BY NC 2.0 https://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/).
CRISPR una herramienta que permite manipular de forma sencilla el genoma de cualquier ser vivo y esto tiene aplicaciones inmensas en agricultura, en biotecnología, en medicina. Fotografía de un workshop en el TEDSummit2016. Imagen: Ryan Lash / TED (CC BY NC 2.0 https://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/).

¿Cuáles creen que tienen más potencial para el futuro?

Parece que algún tipo de terapia génica en humanos. Ahora mismo, en China, hay en marcha ensayos clínicos en humanos utilizando linfocitos T que, tras extraerlos del paciente, se  modifican mediante CRISPR. Una vez reintroducidos en el individuo, estos linfocitos “crisperizados” se dirigen a células cancerígenas y las eliminan. Este tipo de terapia, si sale bien, creará unas expectativas enormes.

De todas formas, no solamente se está aplicando CRISPR en humanos, también en plantas, en microorganismo…Es una herramienta que permite manipular de forma sencilla el genoma de cualquier ser vivo y esto tiene aplicaciones inmensas en agricultura, en biotecnología, en medicina…

Se trata de una tecnología transversal a todos los seres vivos…

Exacto, todos los seres vivos tenemos genes y, por lo tanto, a todos nos puede beneficiar esta tecnología. Es cierto que antes ya había técnicas de edición de genes, pero eran muy complicadas de utilizar y no se podían emplear de forma eficaz con todos los organismos. Por el momento, parece que no hay ningún grupo celular que se resista a las herramientas CRISPR, que, además, son muy sencillas de usar.

 

La tecnología CRISPR de edición del genoma ha revolucionado el campo de la biotecnología y biomedicina. Imagen: Ernesto del Aguiila, National Human Genome Research Institute (www.genome.gov).
La tecnología CRISPR de edición del genoma ha revolucionado el campo de la biotecnología y biomedicina. Imagen: Ernesto del Aguiila, National Human Genome Research Institute (www.genome.gov).

 

La edición genética con CRISPR en humanos ha abierto un debate ético, ¿cuál es su visión sobre el tema?

Las controversias son evidentes, entiendo que la posibilidad de modificar tan fácilmente el genoma de un ser humano pueda hacer saltar las alarmas.  En mi opinión, si se hace para curar una enfermedad en un adulto, no creo que exista ningún tipo de consideración ética que lo rechace.

Otro asunto es modificar la línea germinal. En el caso de que existan métodos alternativos a CRISPR a la hora de seleccionar embriones y evitar las enfermedades hereditarias graves, creo que no estaría justificada la modificación genética, aunque hay que tener en cuenta que no soy un especialista en este campo. Si no existen dichas alternativas y la edición es la única opción para esquivar a la enfermedad, sí tendría sentido.

Lo que no me parecería aceptable éticamente de ningún modo sería realizar modificaciones en el embrión para cambiar su apariencia física, para ‘hacer más guapo al niño’. Independientemente de la legislación que puedan establecer los países en el futuro, creo que esto es una cuestión de principios.

En un primer momento enviaron un artículo con sus resultados sobre CRISPR a varias revistas de prestigio y lo rechazaron. De hecho, les costó bastante publicarlo, ¿por qué cree que sucedió?

En ese primer artículo, que finalmente se publicó en 2005, nos basábamos en observaciones y las observaciones te pueden llevar a engaño. No disponíamos de una demostración experimental clara de que aquello que nosotros decíamos que era un sistema inmunológico en procariotas efectivamente lo era. Yo entiendo que cuando uno intenta ‘vender’ algo que no se espera en absoluto, que era un bombazo en este momento necesita un soporte experimental más sólido.

Finalmente lo conseguimos publicar porque entendieron que los datos que teníamos eran suficientemente sólidos como para apoyar la posibilidad de un descubrimiento tan disruptivo y relevante.

¿Ustedes tenían consciencia de la importancia que iba a tener este descubrimiento?

Nosotros teníamos la certeza de que lo que proponíamos era correcto y que iba a tener una repercusión tremenda en biología, biotecnología y ciencias de la salud. También es cierto que lo teníamos clarísimo, pero desde el ámbito de la microbiología, que es el nuestro. Es decir, pensábamos en su utilidad por ejemplo para generar bacterias resistentes a virus, como aquellas que se utilizan para la producción de sustancias de interés biotecnológico, para la fermentación de alimentos… Tengo que reconocer que en ningún caso pensé que CRISPR se podría utilizar para todo lo que se está usando ahora.

Francis Mojica. Imagen cortesía de la Universidad de Alicante.
Francis Mojica. Imagen cortesía de la Universidad de Alicante.

El caso de CRISPR parece un ejemplo de libro sobre cómo un trabajo de investigación básica puede desembocar en numerosas aplicaciones prácticas. Usted precisamente se dedica a la investigación básica, ¿siente que es un campo suficientemente valorado?

Creo que no lo está. De hecho, cuando uno pide financiación para llevar a cabo un proyecto, lo primero que te preguntan es por el posible uso de lo que estás haciendo. Investigábamos porque nos llamaba la atención ese fenómeno y estábamos convencidos de que era importante aunque no tuviéramos un objetivo concreto en mente.

Resulta que al final de CRISPR han derivado no uno, sino múltiples usos, por ejemplo transportar proteínas fluorescentes a cualquier sitio del genoma de un organismo, desarrollar antimicrobianos selectivos que maten exclusivamente a bacterias patógenas…La lista es bestial. Esto deriva de una investigación muy básica que no tiene nada que ver con lo que se está desarrollando ahora mismo y que en un principio no se podía predecir ni imaginar siquiera.

Cuando desde el inicio uno dirige una investigación hacia una aplicación concreta, si le van muy bien las cosas, a lo mejor le sale, pero cuando estudias algo muy primario abres un gran abanico de posibilidades. Ése es el gran beneficio de la investigación básica.

Tengo la esperanza de que tras la experiencia de CRISPR se comprenda el potencial de la investigación básica. Si alguien no es capaz de verlo es que está de espaldas a la realidad.

Hace ya algunos años tuvo que enfrentarse a la falta de financiación, ¿cómo cree que han afectado los recortes en investigación a la Ciencia realizada en España?

Los recortes son un gravísimo problema porque, cuando estás en mitad de un proyecto y te cortan el grifo, te quedas estancando y otros grupos acaban adelantándote muy rápidamente. Si te bajas de ese tren durante cierto tiempo, volver a subir resulta muy complicado. No mantenerte en tu campo de investigación tiene una repercusión tremenda.

Sí es cierto que si un grupo no tiene resultados y no funciona no puede ser mantenido para siempre, pero creo que estos casos son una excepción. En general, simplemente el dinero deja de llegar porque no hay presupuesto suficiente para todos los buenos grupos que se merecen ser financiados. A la hora de recortar, se considera que muchas investigaciones no son prioritarias y se piensa que se pueden paralizar unos años y retomarlas después, pero es muy difícil volver a ponerse en marcha.

Especialmente si hablamos de investigaciones a largo plazo…

Claro, haces una inversión en material fungible, tecnología y personal durante un tiempo, luego la financiación se corta y parece que ese dinero no haya servido para nada. Si no hay una continuidad no se puede garantizar un rendimiento. Mira nuestro caso: desde 1992, que descubrimos las secuencias CRISPR, hasta ahora han pasado más de 20 años. Nos dejaron una temporada sin financiación porque nos la jugamos mucho, nos lanzamos a estudiar algo sin tener ninguna garantía de éxito. Salió bien, pero podría no haber sido así.

De cualquier forma, nosotros éramos profesores universitarios, nos pagaban por dar clase por lo que podíamos asumir cierto riesgo sin el temor a quedarnos en la calle. Los profesionales que se dedican exclusivamente a la investigación, tienen más tiempo para trabajar en sus proyectos, es cierto, pero no pueden permitirse una temeridad como la nuestra.

Se está creando cierta controversia en torno a las patentes de CRISPR, ¿cuál es su opinión al respecto?

A mí me coge bastante lejos, la verdad. Entiendo que las instituciones y los investigadores quieran obtener patentes de sus resultados para conseguir ingresos, al final el mundo se mueve por lo que se mueve…En España algunos no lo tenemos todavía muy claro, pero te vas a Estados Unidos y está completamente asumido: el objetivo es lograr patentes de cada descubrimiento que se realice.

A lo largo de la Historia se han producido varias guerras de patentes. En lo que respecta a CRISPR, ahora mismo hay un enfrentamiento legal porque se presentaron dos patentes con unos meses de margen y no está claro a quién le corresponde. En juego hay millones de dólares, así que se trata de una cuestión muy delicada.

Ilustración que muestra la utilización de los sistemas de edición del genoma como tijeras para cortar el ADN en posiciones específicas. Imagen: L. Solomon and F. Zhang.
Ilustración que muestra los sistemas de edición del genoma como CRISPR respresentados como tijeras para cortar el ADN en posiciones específicas. Imagen: L. Solomon and F. Zhang.

¿Se está explicando bien a la sociedad lo que suponen estas nuevas herramientas? Vemos, por ejemplo, noticias que utilizan términos como “corta-pega genético”, ¿qué le parece?

Para que las personas que no están especializadas entiendan nuestro trabajo hay que utilizar ese tipo de símiles. Yo estoy haciendo todo lo que puedo, aceptando todas las entrevistas que puedo y dando charlas sin parar porque creo que es fundamental transmitir a la sociedad lo que es CRISPR. Hay que aprovechar que la gente en la calle habla de Ciencia y que ese avance les interesa para captar su atención sobre la importancia y las posibilidades de la investigación.

No podemos desperdiciar esta oportunidad y si hay que bajar el nivel y explicarlo con unas tijeras, pues se hace. Además, el público lo aprecia mucho, especialmente cuando sus trabajos diarios no tienen nada que ver con la Biología. En general, la gente se queda muy agradecida de que se lo expliques de una forma sencilla y hacen preguntas que resultan muy interesantes y que a lo mejor yo no me había plateado nunca.

La conexión entre el investigador y la sociedad es muy enriquecedora. Muchas veces estamos en nuestro mundo y no le concedemos suficiente importancia a la divulgación. Al final, nosotros estamos trabajando para la sociedad, es la sociedad la que nos está pagando con sus impuestos.

El hecho de que su nombre sonara en las quinielas del Nobel ha despertado un gran revuelo. ¿Cómo lo ha vivido usted? ¿Cree que es posible que se repita en los próximos años?

Pues muy mal (Risas). Además, la cuestión del Nobel es algo que se debe llevar con mucha cautela, es una posibilidad y no se debe estar elucubrando y generando expectativas. Hay que tener los pies en el suelo, pues es un premio con muchos candidatos. Es como comprarse un décimo de lotería y antes de saber si te ha tocado meterte en una hipoteca.

En todo caso, creo que sería más fácil que se lo concedieran a la técnica CRISPR en sí misma, pero no al descubrimiento inmunológico de las bacterias que fue mi aportación fundamental. Pero bueno, gracias a todo el revuelo despertado se ha dado a conocer parte de la Ciencia que se hace en España y espero que sirva para que aumente su financiación y se difunda más.

Sí ha recibido premios como el Jaume I, ¿qué suponen este tipo de galardones?

Cuando son premios merecidos y con sentido, es genial recibirlos. Aunque en realidad yo siempre he sido muy reservado y, por mi carácter, me siento bastante incómodo cuando me alaban en público. Pero al final te das cuenta de que la repercusión de estos galardones es importante para fomentar la investigación. Y tampoco va mal una palmadita en la espalda de vez en cuando. Por otra parte, está siendo una alegría inmensa para mi familia, ellos sí que están disfrutando una barbaridad con todo esto.

Fuentes:
Fuente : revistageneticamedica.com

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