Descubren cómo atacan y se frenan algunas células del cáncer de páncreas

FLICKR ED UTHMAN
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Descubren cómo atacan y se frenan algunas células del cáncer de páncreas

Investigadores del Centro del Cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas (Estados Unidos) han identificado una proteína que evita que las células del cáncer de páncreas se vuelvan especialmente agresivas y también ha identificado las terapias capaces de frenarlas cuando esta proteína se agota.

El hallazgo, publicado en la revista ‘Nature’, se realizó tras una serie de experimentos preclínicos en los que utilizaron xenoinjertos tumorales derivados de pacientes y modelos de ratón, lo que abre la puerta a un posible tratamiento en un determinado subgrupo de tumores que se caracterizan por un rápido crecimiento.

“Las células tumorales del páncreas se caracterizan por una notable plasticidad, cambios celulares que hacen que esta neoplasia maligna sea tan difícil de tratar”, ha reconocido Giannicola Genovese, autor del estudio y experto en medicina genómica.

Este experto y su equipo encontraron en un subgrupo de células tumorales que el agotamiento de un gen llamado SMARCB1 da como resultado un cambio celular a un estado mesenquimal, por el que se mueven más y son más invasivas.

Pero también encontraron un punto débil de estas células mesenquimales, al observar que son excesivamente dependientes de la producción acelerada de proteínas para satisfacer las necesidades metabólicas aumentadas.

Esto llevó al equipo a buscar un fármaco llamado AUY922, un inhibidor de la proteína de choque térmico 90, que bloquea la proteostasis, fenómeno que engloba la creación, plegado, distribución y degradación de las proteínas.

Tanto en monoterapia como combinado con la quimioterapia gemcitabina, este compuesto aumentó su tasa de respuesta y prolongó la supervivencia de los ratones cuyos tumores reproducían de forma fidedigna las principales características del cáncer de páncreas en humanos.

“Estamos trabajando para diferenciar grupos celulares dentro de los tumores para comprender mejor su vulnerabilidad y poder diseñar enfoques terapéuticos combinados y más racionales”, ha señalado Giulio Draetta, director del Instituto de Ciencias Aplicadas en Cáncer del MD Anderson, que también ha participado en este trabajo.