Une nouvelle thérapie génique pour guérir la cécité

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Une nouvelle thérapie génique pour guérir la cécité

Investigadores de la Universidad de Oxford han conseguido reprogramar células dañadas de la retina de ratones para que vuelvan a captar la luz.

Investigadores del Laboratorio Nuffield de Oftalmología, en la Universidad de Oxford, han demostrado experimentalmente en ratones que es posible usar terapia génica para reprogramar células y revertir graves problemas de visión, incluida la ceguera. El tratamiento se aplicaría a pacientes con deterioro de la retina, la capa interna del ojo donde se encuentra los fotorreceptores que detectan los estímulos luminosos y los envía al cerebro.

Uno de los principales problemas oculares asociados a la edad es la degeneración macular, que, como su nombre indica, afecta a una parte de la retina llamada mácula. Aunque ocupa apenas un 5% de la superficie retinal, se encarga de captar la visión central, los detalles finos, los colores y el movimiento.

Cuando una enfermedad como la retinitis pigmentaria, principal causa de la ceguera en personas jóvenes, o el paso del tiempo destruye las células nerviosas fotosensibles, estas no desaparecen y, en teoría, podrían ser “resucitadas”. Ese era el objetivo de los científicos de la Universidad de Oxford, dirigidos por Samantha de Silva, que han utilizado un virus modificado como vector para que las células de la retina de los animales de laboratorio, aquejados de retinitis pigmentaria, expresaran una proteína llamada melanopsina, sensible a la luz.

Tras el tratamiento, de Silva y sus colegas observaron a los roedores durante un año y comprobaron que eran capaces de distinguir objetos. Es decir, las células oculares con melanopsina captaban la luz y enviaban las señales al cerebro, como explican los investigadores en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Previamente, el mismo equipo había probado un prototipo de retina electrónica con éxito en pacientes invidentes, pero la nueva técnica de modificación genética sería más sencilla de implantar. El siguiente paso, como apunta de Silva, será probarla con ensayos clínicos en pacientes humanos.