María Blasco: “Es urgente financiar más y mejor la ciencia española”

“Apenas hay mujeres en puestos de responsabilidad. Hay que reconocer este problema, reconocer que no es aceptable, y tomar medidas correctoras”

“No creo que se pueda aguantar mucho más si no se aumenta la financiación tanto estructural de los centros, como de los grupos de investigación”

La investigadora María Blasco en el campus de la Universidad de Alicante MANUEL LORENZO
La investigadora María Blasco en el campus de la Universidad de Alicante MANUEL LORENZO

María Blasco, doctora en Bioquímica y en Biología Molecular, es actualmente directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas donde además, coordina el Grupo de Telómeros y Telomerasa, con importantes investigaciones en torno al envejecimiento celular y el cáncer. Este viernes, fue investida doctora ‘honoris causa’ en la Universidad de Alicante.

P. ¿Cuáles son los principales hallazgos descubiertos gracias al estudio de los telómeros y la telomerasa?

R. Hemos demostrado que la erosión de los telómeros que ocurre cada vez que nuestros tejidos se regeneran es una de las causas moleculares principales del envejecimiento y de las enfermedades asociadas a él. Esto lo hemos podido demostrar porque, por una parte, si acortamos la longitud de los telómeros en ratones, estos envejecen antes. Y al revés, si retrasamos el acortamiento de los telómeros en ratones, también retrasamos el envejecimiento y las enfermedades, incluido el cáncer. El alargamiento de los telómeros se puede conseguir activando una enzima llamada telomerasa. Otro descubrimiento importante es que al contrario que las células normales, que son mortales porque no tienen telomerasa y acortan sus telómeros, las células del cáncer son inmortales gracias a tener mucha telomerasa. En mi grupo también estamos intentando destruir los telómeros del cáncer para así quitar a las células tumorales la inmortalidad.

P. ¿Cómo podrían estas investigaciones contribuir a buscar soluciones contra el cáncer?

R. El cáncer es una enfermedad asociada al envejecimiento. Su prevalencia aumenta tanto en hombres como mujeres a partir de los 50 años. Aunque sabemos que hay cáncer infantil, la frecuencia es baja. La mayor parte de los tumores de adultos ocurren como consecuencia de este envejecimiento molecular. El acortamiento de los telómeros puede contribuir al cáncer, de hecho en mi grupo hemos demostrado que si retrasamos el acortamiento de los telómeros o generamos ratones con telómeros más largos de lo normal, también retrasamos el cáncer. Sin embargo, una vez que ya se ha formado el cáncer, las células tumorales activan la telomerasa para alargar sus telómeros y vivir inmortalmente. De ahí el interés de destruir los telómeros una vez que el cáncer ya esté formado.

P. ¿En qué momento estamos en cuanto a la lucha contra el cáncer? ¿Se conseguirá llegar a curarlo en la mayoría de los casos?

R. Hemos avanzado mucho. Tanto en la investigación básica como en la práctica clínica. De hecho, hoy en día alrededor del 50% de los cánceres son curables, siempre y cuando se detecten en estadios muy tempranos. Una de las asignaturas pendientes de la lucha contra el cáncer es la metástasis, que es cuando el tumor ha conseguido invadir otros órganos. En este caso es de más difícil curación porque la metástasis es un proceso que hemos estudiado menos. Por ello en 2016 iniciamos en el CNIO dos líneas de investigación en metástasis. También es muy importante que tengamos biomarcadores que nos ayuden a predecir qué personas tienen más probabilidades de desarrollar cáncer. Esto nos permitiría detectar los tumores cuando aún son pequeños y no se han diseminado, aumentando así la probabilidad de curación. Finalmente, como he resaltado antes, la única manera de acabar con la mayor parte de los tumores adultos sería evitar que se formaran y para ello tenemos que conocer por qué envejecemos e intentar frenar ese envejecimiento molecular, ya que el envejecimiento de nuestras células es el mayor factor de riesgo para que se transformen en tumorales.

P. El avance y la comprensión del envejecimiento de las células lleva a otra gran preocupación de la humanidad: la longevidad ¿Conseguiremos prevenir o controlar sus efectos?

R. Como decía antes, cuando hablamos de retrasar el envejecimiento, hablamos de prolongar los años de vida libre de enfermedad. Se trata de vivir bien más tiempo. En ratones, hemos conseguido exactamente eso. Al retrasar el envejecimiento hemos visto que hay menos enfermedades y como consecuencia de ello los ratones pueden llegar a vivir hasta un 40% más.

P. Usted ha recibido muchas distinciones, ¿qué supone este reconocimiento de una institución tan cercana a usted como la Universidad de Alicante?

R. Esta distinción me produce una emoción muy especial. Aunque yo no estudié en la Universidad de Alicante, sí que me he sentido siempre muy cerca de la investigación que se hace en Alicante, que es de gran calidad. Recientemente, he tenido ocasión de conocer más a fondo las líneas de investigación de esta universidad. Admiro el trabajo pionero de Francis Mojica, entre otros. En Alicante también está el único centro de Excelencia Severo Ochoa de Ciencias de la Vida de la Comunidad Valenciana y uno de los pocos que están fuera de Madrid o de Barcelona; se trata del Centro de Neurociencias.

P. Es la undécima mujer que se incorpora al ilustre claustro de Honoris de la institución académica en sus 37 años de existencia. ¿Se reconocen los méritos de la mujer de forma suficiente en el ámbito científico?

R. Antes de nada, decir que me siento muy orgullosa de esta importante distinción. Espero que poco a poco se iguale el numero de mujeres y hombres honoris causa. No puede ser de otro modo, porque ya hace más de 30 años que hay tantas mujeres como hombres igual de preparados en muchas de las carreras de biomedicina, y muchas más en las de letras. Sin embargo, quizás con esperar no sea suficiente y haya que ser más proactivos en apoyar a las mujeres excelentes. Hace pocas semanas falleció Vera Rubin sin recibir el Nobel de Física. Ha sido la eterna candidata y, al menos, no ha tenido que ver cómo otros recibían el galardón por lo que ella había hecho. Lo mismo ocurrió con Rosalind Franklin por el descubrimiento de la estructura del ADN. En toda la historia del Nobel, sólo 17 mujeres han sido premiadas en las categorías científicas. Es un dato elocuente y no es el único. Un informe de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) de 2014 analizó precisamente este fenómeno; no sólo el porcentaje de mujeres premiadas sino el de mujeres en los jurados. Todo está relacionado. Menos mujeres en puestos de responsabilidad, menos mujeres en los jurados, menos mujeres cuyo trabajo se reconoce.

P. Usted además ocupa un puesto de responsabilidad, algo no tan usual en el mundo de la ciencia, a pesar de que en los primeros estadios existen más mujeres que hombres en los estudios científicos. ¿Existe un techo de cristal para la mujer?

R. Claro que existe. En la vida en general. Por eso apenas hay mujeres en puestos de responsabilidad, independientemente de que representen la mitad o más de los profesionales del campo en cuestión. En el último numero de la revista Forbes se hacía una análisis de la situación en Europa. Entre los CEO de las empresas no había ningún país europeo que superara el 10% de representación femenina. Sin embargo, en todos los países europeos las mujeres estaban más sobre-preparadas que los hombres en todas las categorías. En la investigación también ocurre. Y mientras que los órganos responsables de la toma de decisiones sigan ocupados principalmente por hombres, la situación no va a mejorar. Es verdad que hemos avanzado mucho pero no deberíamos conformarnos porque tal y como están las cosas y con el ritmo que llevamos, la igualdad tardará en llegar siete u ocho décadas. Creo que el primer paso ha de ser reconocer que esto es un problema y que no es aceptable y a partir de ahí, tomar las medidas para corregirlo. Comités de contratación o evaluación paritarios y cuotas son sin duda medidas correctoras.

P. ¿Hay un esfuerzo inversor suficiente por parte de la administración para la investigación científica?

R. La ciencia en nuestro país no ocupa un papel central para las administraciones. No recibe la atención suficiente ni tampoco la financiación. Creo que hace falta aumentarla, revisar los planes de investigación, ampliar programas como el de Excelencia Severo Ochoa… Todo esto debería ser independiente de los Gobiernos y de los partidos, como sucede en otros países, de forma que la investigación tuviera una estabilidad. Es urgente que se financie más y mejor la ciencia española. La ciencia española ha aguantado varios años de severos recortes, pero no creo que pueda aguantar mucho más si no se aumenta la financiación tanto estructural de los centros, como de los grupos de investigación a través de aumentar la dotación de los Planes Estatales de Investigación de tal modo que los grupos puedan recibir suficiente dinero para hacer investigación. Ahora es claramente insuficiente. Los mejores grupos reciben mucho menos de la financiación que necesitarían para realizar su investigación al máximo nivel.

P. ¿Se hace buena ciencia en España? ¿En qué cree que destacamos y dónde encuentra carencias?

R. Sí, hay buenos científicos y se hace buena ciencia. Todos los años hay una investigación o un investigador español entre los más destacados por Nature o Science, por citar algunos rankings. Pero debemos ser capaces de retener, atraer y traer de vuelta ese talento. Para eso hace falta un compromiso fuerte por parte de las administraciones, inversión, proyectos atractivos. No vale con haber conseguido hacer buena ciencia, ahora hay que generar las condiciones para que la ciencia española crezca y que no siga menguando.