La acción conjunta de dos tipos de ácidos grasos omega 3 sería el responsable directo de múltiples beneficios para la salud.
Los expertos han comparado en ratas el efecto individual de cada uno de ellos, obtenidos por separado a partir de dos especies de microalgas. Los resultados confirman que su capacidad preventiva ante ciertas enfermedades se debe a la acción conjunta de ambos.
La investigación pretendía comprobar el efecto beneficioso que el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA) tienen sobre el organismo de forma independiente. Por un lado, un grupo de ratas se alimentó con grasas saturadas, otro con pienso enriquecido sólo con EPA procedente del alga Nannochloropsis, un tercero con DHA obtenido del alga Schizochytrium y un último con ambos, combinados naturalmente en el aceite de hígado de bacalao.
Tras diez semanas con esta alimentación, los expertos observaron la respuesta de los animales al someterlos a una prueba de comportamiento en el agua. Mientras que las ratas alimentadas con grasas saturadas cesaban antes en su esfuerzo por nadar, las que se habían nutrido de pescado se mantenían a flote mucho más tiempo y con un patrón de conducta característico. Además, su capacidad de aprendizaje y de memoria estaba más desarrollada.
En el examen histológico posterior, los investigadores confirmaron que las concentraciones de dopamina, endorfina y serotonina en estos últimos animales era mayor. Estos compuestos son producidos en el organismo, actúan como neurotransmisores y son responsables de los estados de ánimo, lo que confirma la mayor motivación en el test observada en el grupo de ratas que recibieron un suplemento de aceite de pescado. Sin embargo, las que resistían menos tiempo presentaban unos niveles de estos compuestos similares a los afectados por depresión grave.